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El Perro al Lado

19 julio, 2011

Uh, los días pasan. La sensasión mata. La sincronización mental, no hay cosa más triste (NO EXISTE). Pasa en las novelas y en la películas y siempre se relaciona con el amor, lo que puede suceder en la realidad dispone necesariamente a una persona, encerrada ahí con sus pensamientos sin poder hacer algo, haciendo nada. No hay pista ni señal de correspondencia. En vivo podemos suponer un gesto mínimo como "algo". Yo interpreto todo pero es un simple deseo. Uno. Dos no.

Cosa hermosa. Ahí queda. En el pensamiento y en la impotencia de no tener las cosas bajo control. Yo digo "qué mierda" pero en realidad tengo la seguridad de poder haber visto "algo" en un descuido.

Estoy en el ideal pero qué.

2 comentarios:

Jimena dijo...

No hay nada más confuso que las llamadas "señales", a veces, el emisor está seguro de estar dando señales clarísimas que el receptor nunca vio o creyó que no existían, mientras que hay otros casos en que un ente cree ser el receptor de mensajes que nunca se emitieron pero está segurísimo de su existencia, al final, la única forma de identificar si existían las señales o si había signos o síntomas donde uno creyó que no había nada, es preguntando, pero eso siempre es más complicado, creo. Ahora que si usted tiene la seguridad de haber visto algo (no sé bien de qué hablamos) pues confíe. Las tripas no mienten. Saludos!

Pouz Rij Cortte dijo...

¿Es esto una señal? jaja

Sí, preguntar resulta la cosa más complicada, todo lo que implica y lo que queda, lo más probable algo muy muy feo. Creo que también existe la situación en que el emisor y el receptor dan y reciben señales y ninguno de los dos ve algo, muy de caricatura japonesa la situación verdah. Benditas tripas, siempre dicen la verdad XD