Voy a omitir nombres y a escribir algunas metáforas para no dañar a terceros, que es así hasta que sea descubierto y pase a ser el primero.
Imagina al caramelo, el multisabor que viene en paletitas ¿Qué pasaría si lo mastico? Se me iría con el dulce la amalgama que tengo. Lo único que creo, después de olvidar la advertencia de no hacerlo y de las posibles punzadas entre los dientes, es que lo valdría a medias.
No es mi dulce, Pablo se cagaría en todo y a mí, dentro de lo bueno que puede haber, me complacería tal situación. Perdería mi súper amalgama, el desprendimiento le daría la magnificencia dejándome sólo una terrible pena pero con el simple y fugaz sabor.
Lo importante es no hacer nada, claro, que con saborear uno se ahorra todo el sufrimiento.
En el entendido, ser o no ser. En otro caso, quedar sin bolas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario