Pienso que todas esas cosas que no entiendo, todas esas cosas que pones ahí tienen alguna razón, quizá hay algo muy importante que quieras decir, no sé. Hace tiempo me impresioné mucho cuando así de la nada te encontré, iba hacía la parada de autobús, y como casi siempre, pensaba en los problemas de siempre, ¿o en los problemas que nunca faltan… siempre?, el caso es que me sorprendió tu presencia, de sopetón. Recuerdo que dijiste lo que comúnmente se dice luego de tanto tiempo. No hice mucho esfuerzo por contestar “todo bien creo” y así como dos minutos de reconocimiento e intercambio de alguna otra idea. Era evidente el cambio físico, la edad y el silencio. Sabía que en alguna parte de mi vida te hablaba de cosas raras, tú decías cosas más raras o a veces pasaba tanto tiempo que ninguna palabra nos dirigíamos, todo con señales, observaciones, cosas chiquitas que hasta ahora creo que yo era capaz de entender. ¿Y ahora qué? parece lo mismo de hace años.
Dentro del baúl de los recuerdos encontré esta particularidad, un fragmento de algo que escribí pensando en una especie de tropiezo entre dos personas que no se ven desde hace tiempo. Tenía la intensión de que fuera el argumento de un individuo pero me dí cuenta que podía tener otro sentido, como si los pensamientos entre dos personas tuvieran contestación, desarrollando su conversación en otro lado mientras que las ideas se expresan en algún especie de contexto. La idea es que antes de cada “punto y a aparte” la oración expresada corresponde a una persona que en seguida es contestada hasta la llegada de otro punto y así hasta que termine.
¿Enserio? Un poco.
1 comentario:
Sabes que eres muy bueno en esto no es así?, también sabes que envidio tu prosa no?...
Pues sí, así es.
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